Hace
poco más de una semana vimos florecer los melocotoneros de los campos de enfrente de
casa y a Valentina le impactó tanto que quiso capturar el momento. Nos dijo que
nos tenía que hacer un regalo y ahí quedó la cosa. Una semana más tardé se
preparó para la hazaña, me dijo: necesito el triciclo y tu cámara para ir a los
árboles de ahí en frente. ¡Vale! Hacía calorcito y me tenía intrigada así que
acepté a acompañarla. Por el camino so paró en cada flor que encontraba a
hacerles fotos, tiramos piedras al canal, recolectó las más bonitas para su
colección, corrió, saltó, se quitó la chaqueta y finalmente llegamos al campo de
melocotoneros, sacó la cámara del bolso y hizo unas fotos de las flores y me dijo: este
es nuestro regalo, de los tres,¡ así podemos ver las flores de cerca! y siguió
el camino de vuelta a casa como si nada. ¡Yo todavía alucino ahora! que mejor
manera de dar la bienvenida a la primavera que con un simple paseo para captar
los cambios de estación. ¡Que simple, que fácil, que felicidad! Y encima las
fotos le salieron bien.
Las
fotos quedarán como recuerdo, pero el paseo de más de dos horas, con el
triciclo a cuestas, como siempre, es para mí el mejor regalo.